El camino a la élite del fútbol: horas, especificidad y desafío constante
Sin lugar a dudas, para volverte en jugador profesional debes de tener muchas horas de entrenamiento. La competencia es feroz a nivel mundial: de nada sirve que seas rápido si los otros son más rápidos o que entrenes 10 mil horas si tu vecino entrena 20 mil. Por ejemplo, en Escocia los jugadores profesionales acumularon 3,900 horas a los 13 años (1,500 de práctica y 2,400 de juegos). Los jugadores ingleses que logran un contrato acumulan más de 400 horas al año de actividades futbolisticas (200 horas en prácticas y 200 en juegos). Pero no todas las prácticas tienen un impacto positivo en el desempeño, solo el tiempo acumulado de práctica deliberada predice el desempeño.
La práctica puede clasificarse dependiendo del reto que significa para el jugador y su especificidad en la competición. El entrenamiento debe de ser una simulación del juego si no será una pérdida de tiempo, debido a la dificultad de transferir el entrenamiento. Así, debemos evitar aquellos entrenamientos que tengan una baja especificidad con la competencia pues estará divorciado del juego. Del entrenamiento que sea específico, si el reto para el jugador es bajo tendremos un buen desempeño pero poco aprendizaje, si el reto es grande habrá errores pero con mayor aprendizaje. La práctica deliberada está diseñada para mejorar por lo que deberá haber reto, pero también retroalimentación.
El trabajo del coach es fundamental para dar retroalimentación y diseñar el entrenamiento. La retroalimentación del coach evitará que el jugador practique en piloto automático y sufra autocomplacencia, ya que esos comportamientos deterioran el desempeño. La retroalimentación debe ser a tiempo, separar la parte validante de la correctiva, enfocada al comportamiento y congruente. El diseño del entramiento debe de considerar cuál es el objetivo a mejorar, es decir cuáles son las habilidades que distinguen el desempeño de excelencia del promedio. La habilidad no se logrará adquirir al repetir una y otra vez la misma solución sino al resolver el problema en diferentes contextos.
Una vez que sabemos cuál habilidad que necesitamos mejorar, que
practiquemos y recibamos correcciones lo siguiente es repetir el
movimiento, es decir debemos de resolver otra vez el problema. La técnica es el movimiento que resuelve el problema en un entranamiento, pero adquirir una habilidad significa usar el moviento adentro de la competición, en un
juego. Cuando ya tengamos la técnica lo siguiente es practicarlo en nuevos contextos, con espacios reducidos, con más jugadores, con menos tiempo, etc. La adquisición de la habilidad consiste en dar varias veces solución al problema modificado gradualmente. Las horas que necesitaremos para adquirir la habilidad dependerán de la calidad de la práctica, la complejidad de la habilidad y del nivel de los rivales del torneo.
El rival te obligará a adaptarte, jugarás tan bien como te lo permita el rival. Así que debemos de diseñar el entrenamiento para que reproduzca la complejidad del partido. Algunas de las fuentes de la complejidad del fútbol son que se
juega con los pies, es un juego donde existe conctacto entre los
jugadores y la alta dependencia en la calidad de
cada jugador. Por ejemplo, Parreira modificaba la alineación de la selección de Brasil (1994) para poder "entrenar" los pormenores y la variabilidad de un partido. Las modificaciones en los entrenamientos mantendrán a los jugadores interesados porque el reto no bajará.
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